Hoy en día es casi imposible que exista alguien que no haya escuchado hablar de la impresión 3D. Aun siendo tan popular, es un método de impresión bastante nuevo para el sector industrial que lleva años trabajando con los mismos procesos y métodos de siempre. Es por eso, que la industria no ha adoptado todavía esta tecnología como una herramienta habitual. Son muy pocas empresas las que han decidido arriesgarse y beneficiarse de la impresión 3D, hasta el punto de tener piezas fabricadas con este método en su propia maquinaria. 

La mayoría de los ingenieros hemos tenido una educación substractiva sobre el diseño de construcción de una pieza. De repente esto ha cambiado y ha evolucionado a una tecnología aditiva, permitiéndonos hacer formas y cosas que antes no se podían hacer o eran inviables económicamente”, relata Daniel Bosquet, Operations Manager del Engineering LAB de BETWEEN.

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